El Santuario de Cura se encuentra situado en la alto del Puig de Randa (de 543 metros) donde, según cuenta la tradición, el beato Ramón Llull se retiró y encontró la iluminación. A raíz de esta experiencia, en el año 1275 Ramón Llull mandó construir el Altar Mariano que, a posteriori, dio lugar al santuario que vemos hoy en día. Las vistas de la isla desde este punto son espectaculares. Además hay un hotel, si se desea pasar la noche, y un buen restaurante con especialidades mallorquinas.