A mitad de camino entre la ciudad de Ibiza y Sant Antoni, se le debería conocer como “la villa de los artesanos” o la “villa de la cerámica” pues no son pocos los maestros alfareros, ceramistas, pintores ó artistas que viven o tienen sus talleres aquí.
La igleisa construida sobre un pequeño promontorio es un excelente mirador sobre la ciudad de Ibiza, el mar y la ciudad vieja. Quizás por ser ese mirador, quizá por estar en el camino de Sant Antoni, no sabemos porqué , ésta iglesia fué una de las más castigadas en la isla durante la guerra civil. Altar, imágenes y retablo fueron destruidos. Lo mejor fueron los esfuerzos llevados a cabo durante los primeros años del nuevo milenio por la parroquia y vecinos, ya que entre todos, juntando viejas fotografías y sobre todo hablando con los mayores han conseguido recrear lo que fue el original y reconstruirlo a semejanza del anterior.
La visita a la iglesia vale la pena en parte por la construcción en sí, en parte por las bonitas viejas que tienes sobre Dalt Vila.